lunes, 31 de agosto de 2015

ImVecindario International Edition. Final Chapter "Sayonara Toronto"

Finalmente el imperio del sol naciente ocupó el piso por completo. Masaki y dos japonesitas entrañables con una eterna sonrisa en la cara y una inocencia sorprendente. Les podría haber dado cianuro etiquetado para comer y habrían muerto sonriendo y dando las gracias. Las "happynesitas". Son capaces de dejar de respirar solo por no molestar, sacan fotos cuando haces una tortilla, te piden permiso para usar un champú fosilizado abandonado en el baño de algún inquilino anterior y te siguen hasta cuando sacas la basura porque todo les alucina. Creo que en realidad era un intercambio de estudiantes Canadá-Saturno. Ha sido una semana viviendo con una especie de ositos amorosos.
Pero debería ampliar mi imvecindario internacional al resto del edificio. Ya puedo decir que tengo amigos en Brasil, Korea, Venezuela, Francia, Turquía, Alemania, Italia, Arabia Saudí, Canadá, Japón... Tengo una idea general de lo que tiene que ser una fiesta en la ONU. En mi Facebook aparecen símbolos que jamás entenderé y nombres impronunciables de amigos para siempre.
Mención especial para mi cuadrilla española toronteña que aún sigue allí. Espero que me echen de menos o les bloqueo en Facebook.
Al final me ha dado penita. Señal de que ha sido una gran decisión venir.

ImVecindario Iternational Edition. Chapter 2. Making friends with a tortilla

Muchos sabéis de mi merecida reputación como cocinera galardonada de tortillas de patata.
El tamagochi que tengo como compañero de piso no es muy dado a la tertulia, me ha costado sacarle de la cueva pero solo ha hecho falta que se fueran la italiana y la canadiense para que en la soledad de nuestro tercer piso asomara la patita al olor de las patatas que intentaba freír en una sartén con mango giratorio que casi me cuesta un disgusto.
La tortilla toronteña merecía la visita de un catador profesional de la tierra, así que el de Donosti ha subido a pasar el control de calidad y el japo ha puesto cara de "¿tengo que probar esa cosa amarilla?".
Al tercer pintxo se le ha soltado la lengua por fin.
Prueba superada. A Masaki (espero que nadie pensara que se llamaba DimSum o Tamagochi), le encanta la tortilla.
Cuando ya teníamos resueltos los lazos Japón - España ha aparecido un tercer habitante en la casa!!!
En próximos capítulos les contaremos por donde respira este sobrino de Angela Merkel, MAX. Parece muy majo.
Dos días más y ya tenemos para hacer el chiste:" van un japonés, un alemán y un español a Toronto y..."

ImVecindario International Edition. Chapter 1. Un tornado, un búfalo y una timba

El ImVecindario está cruzando fronteras.
He venido a Toronto para ver si todo pasa en mi barrio o es el azar el que me apunta con su dedo cósmico....
Hace ya 27 horas,(a las 5am) que mi santo padre me dejó en el aeropuerto. Mi vuelo con escala en Lisboa estaba en orden. Nada presagiaba las 2 horas de retraso portugués ni mucho menos que 8 horas después el piloto intentará aterrizar en Toronto y una tormenta localizada parase justo encima del aeropuerto canadiense con tornado incluido; cierren el tráfico aéreo y una hora después termines reportando en Búfalo. Sí, estáis leyendo bien. Búfalo.
El cómputo hasta ahora es de:
3 horas en Barajas
1 hora de vuelo a Lisboa
2 horas de retraso
8 de vuelo a Toronto
Y sumamos entre tornados y búfalos 3 horitas más.

Para los que veíamos el 1,2,3 esto hace un total de 17 horas de viaje.
Pero la mala suerte quiso además que un tren y 4 paradas de metro después, el diluvio se cebara conmigo y mi maleta de 22 kilos hasta llegar andando a mi residencia.
Viéndome así como una sopa y una ojeras como bolsas del carefour, dios quiso recompensarme y media hora después estaba en una cocina de 1 metro cuadrado con uno de Donosti intentando enseñar a jugar al mus a dos italianos.
De momento comparto baño con Deborah la italiana, Mery la rubia sonriente de Montreal y un Japo de nombre parecido a Mijagi que aún no ha asomado el dim sum.
Definitivamente soy un imán de acontecimientos. Llamadme Dorothy que parece que he llegado a Oz.