sábado, 6 de septiembre de 2014

ImVecindario.Cap.15"Pobreza energética"


En estas reuniones improvisadas del tercer piso, más de una vez hemos terminado envueltos en mantas, hemos arreglado el mundo y hemos discutido sobre cuál sería la mejor opción para tener nuestros tres minipisos a una temperatura invernal aceptable de meseta española, no de Montblanc en diciembre.
Hablando de lo que pagaba cada uno por calentar su iglú y de los rejones de iberdrola, se generó una competición silenciosa sobre quien de los tres estaba usando los radiadores de manera más eficiente.
Estaba claro que el del esquinazo perdería, pero es un machote y puede pegarse bofetadas con el mismo dios del frío de la mitología griega, Bóreas.
“E” optaba por apagarlos durante el día y encenderlos únicamente cuando estaba en casa. Y luego estaba yo. Arriesgando mi riñón, probé a no apagarlos nunca y dejarlos a baja temperatura.
Ayer llegó la carta. Con el miedo en el cuerpo y los ojos cerrados llamé a la puerta de “E” y le pedí que mirara ella mi recibo. Dos segundos de tensión después, corría por el pasillo a mi casa con el espíritu de Rocky con la música de fondo. ¡Gané!
Y hoy, con calma, no me explico mi euforia, parezco tonta alegrándome con una cuenta de 246€. Velas, tengo que probar con velas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario